jueves, 29 de octubre de 2015
El sabor de las volutas
Ya lo dijo Don Fernando Ortiz, el etnólogo cubano, en su ensayo sobre Antropología, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar: Don Tabaco, refiriéndose a un producto que rezuma identidad, historia y cultura en esta Isla de Cuba. Pero no les voy a contar esa historia harto conocida, vamos a degustarla con Ocilia Cuesta Blackman, una mujer de apellido inglés pero criolla de pura cepa, quien tiene por oficio el catar puros en la Fábrica Quintero, de Cienfuegos.
"Hace 18 años trabajo aquí, primero fui torcedora, luego transité por múltiples funciones, hasta trabajar en Control de la Calidad. Lo de catadora vino después, gracias a la convocatoria del Instituto de Investigaciones del Tabaco, y aquí estoy, 10 años después, disfrutando con placer este oficio.
Y el guateque fue mujer
Tres
mujeres, tres generaciones distintas a quienes mueve un mismo objetivo: el
campo. Casi parecería una utopía en tiempos en los que las migraciones humanas
se trasladan a las ciudades y dejan el trabajo duro en el medio rural. Sin
embargo, ahí está María Caridad Machado Oviedo, una auténtica vaquera, que tras
la muerte del esposo y con la ayuda de su hijo, mantiene su ganado y está
afiliada a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Orestes Jiménez.
“Tengo
unos 40 animales, ya hace más de 12 años que me ocupo de estos menesteres,
ahora estoy entregando unos 18 litros de leche, a pesar de la sequía y de que
las tierras para la alimentación del ganado no son buenas. Me gustaría poder
mejorar la masa vacuna, tener una mejor alimentación, para así incrementar la
producción de leche, tan necesaria para la economía, y por supuesto, para la
familiar en particular. Tengo dos hijos y una especie de sociedad familiar para
el trabajo”.
La dulce Ofelia
Tiene 87 años y la alegría de una muchacha de 20. Por sus
venas corre más el azúcar de la caña que la sangre, porque nació en un batey,
esos pueblitos pintorescos casi adheridos a las fábricas de azúcar. Está de
fiesta; vistió sus mejores ropas y marchó dispuesta a estrenar la Casa de Abuelos,
jolgorio con el que celebró Cienfuegos el Día Mundial de las Personas de Edad.
Constancia, a pesar del silencio y la falta del pitazo que dejó de sonar con la
última molienda, hoy se renueva en lo social, cuando su gente inaugura un
centro para la atención a adultos de la Tercera Edad.
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