Álvaro llegó el 27 de febrero a las 7 y 45 a.m., tras una larguísima espera de 16 años. Su madre, Inés Manzano Herrera hizo hasta lo imposible por lograr el embarazo. Recorrió todas las consultas, tocó puertas, intentó pruebas, exámenes, tratamientos… pero fue el equipo multidisciplinario del Centro de Reproducción Asistida, liderado por la Dra. Práxedes Rojas Quintana, quienes hicieron posible que el primer bebé in Vitro naciera en Cienfuegos la fría mañana del último sábado de febrero.
“Han sido 9 meses de espera
para ver consumado el sueño del Centro, para apreciar el objetivo consumado.
Debo reconocer que la madre ha sido muy disciplinada y eso es importante. El
trabajo nuestro es complejo, porque somos varias las personas implicadas en
cada caso, hasta lograr receptividad en el endometrio. Se pierden algunos
embarazos ya logrados y eso duele. Ahora mismo, tenemos otros en curso, incluso
gemelares”, comenta la directora del centro, Práxedes Rojas Quintana.
“A Inés le practicamos una
cesárea, ya tenía las 38 semanas de embarazo y llevaba más de 30 días acostada
por presentar placenta previa. El bebé pesó 3 mil 450 gramos y el proceso
transcurrió con éxito desde el mismo momento de la fecundación”, concluye
emocionada Rojas Quintana.
Para la progenitora,
cumanayagüense del poblado de Crucesitas, en pleno macizo de Guamuhaya la
alegría es inmensa. “Han sido 16 largos años, tratando de tener un hijo. Siento
un agradecimiento enorme por la Dra.
Práxedes, y por todos los del Centro, han sido muy pacientes
conmigo y muy buenos. También está el Dr. Santiago Bernia Sarría, las
enfermeras, técnicos, la familia…, todos. No lo hubiese podido lograr sola”.
Las primeras horas de vida
del bebé han resultado normales, “un poco remolón” al decir de la madre, quién
lo mira con amor mientras lo amamanta enternecida. De ahora en lo adelante
Inés, quién es madre y padre, tendrá por delante la hermosa labor de educar y
enseñar a Álvaro a ser extraordinario, tal cual resultó su génesis.
Hasta el Hospital Provincial
llegaron Chavela y su hija Ana Lorena, dueña y jefa del taller de costura,
respectivamente, a regalar toda una tradicional canastilla, a la usanza de
nuestras abuelas. Álvaro es también el primer varón que recibe el beneficio de
Chavela, las anteriores siempre fueron niñas y eso también hace distinto al
pequeño. Los juegos dobles; el gorro, medias y guantes tejidos a crochet, el
pañal de paseo, las sabanitas y fundas bordadas… reliquias salidas de manos
amorosas, como el mismo gesto noble de un regalo a la vida.
Los trabajadores del Centro acompañaron a Inés y Alvarito este lunes, cuando la Federación de Mujeres Cubanas en Cienfuegos congratuló a esta mujer valiente, que no le teme al futuro, aunque sabe no será fácil en lo adelante. “Lo más difícil ya pasó”, asevera, y un brillo en los ojos la delata, ese que solo tenemos las madres, el oficio más tierno de todos. Sí, porque este bebé no vino en una cigüeña, pero sí a través de muchos brazos amorosos, como una ofrenda a la vida.
Los trabajadores del Centro acompañaron a Inés y Alvarito este lunes, cuando la Federación de Mujeres Cubanas en Cienfuegos congratuló a esta mujer valiente, que no le teme al futuro, aunque sabe no será fácil en lo adelante. “Lo más difícil ya pasó”, asevera, y un brillo en los ojos la delata, ese que solo tenemos las madres, el oficio más tierno de todos. Sí, porque este bebé no vino en una cigüeña, pero sí a través de muchos brazos amorosos, como una ofrenda a la vida.
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