viernes, 16 de enero de 2015

El azar, una profesión, la amiga que se va





Recuerdo corría el año 1997, vivíamos momentos difíciles en Cuba en todos los órdenes, tras el derrumbe del Campo Socialista y la pérdida de nuestros mayores socios comerciales. Para muchos, como yo, la crisis también llegaba a las profesiones, porque en lo particular se me había ocurrido –para el 1986 era un oficio de futuro- ser traductora de Idioma Ruso.

  Había trabajado por 11 años en lo que sería la primera Central Electronuclear (CEN), que se construía en Cienfuegos. Me sabía de memoria el lenguaje técnico de la rama nuclear, había visitado Rusia y Ucrania en varias oportunidades como traductora con especialistas cubanos, y me sentía como pez en el agua, porque en la CEN habría trabajo para rato. Me gustaba el borsh, los pilmienik y tenía un paltó (abrigo para el invierno) de lujo para los inviernos que pasaría en Novovoronezh, centro de entrenamiento para especialistas nucleares, situado al centro de Rusia a orillas del río Don, el mismo en el que se inspirara Mijaíl Sholojov para escribir sus cuentos en cuatro tomos sobre cosacos.

  Pero un día me quedé sin trabajo, así, con dos niños pequeños y la lengua de Gorki no fue suficiente para traer a casa lo que mi familia demandaba. Entonces, el azar me trajo hasta la Redacción del Periódico de Cienfuegos, donde me estrenaría como correctora de prensa. Llena de miedos llegué, presenté mi curriculum vitae, confieso que lo rellené con "saña y alevosía", remarcando cada palabra para que me tuvieran confianza y ganar el puesto.


  ¡Y lo conseguí! Porque allí, además de mi disposición para aprender un nuevo oficio, me encontré una persona comprensible y bondadosa, que me abrió las puertas y sus brazos, la jefa de Redacción, Alina Rosell Chong, quien me enseñara después todos los vericuetos y signos de la corrección.

  Desde aquel primer día hemos navegado juntas muchas aguas, teniendo de ella la paciencia infinita para enseñar y darme lecciones de diplomacia, -claro ella es de ascendencia china y paciencia es lo que le sobra-, y también para que las cosas salieran bien. Yo, a cambio de tanta bondad, le ofrecí mi fidelidad y toda la entrega, y hasta aguanté su mano en un salón de operaciones, ya para entonces también era mi directora.

  Alina es la responsable de todo cuanto he crecido en lo profesional, y por qué no, de la madurez que hoy me enrumba por la vida. Todo hubiese seguido igual y hasta no tendría que escribir esta despedida, pero las cosas no siempre salen bien, y ahora tendré que soltar su mano o tenerla menos, porque va a casa, a descansar, hasta que quizá nos sentemos, otra vez juntas, en la Redacción de un periódico.

2 comentarios:

  1. antes de la revolución la ciudad también se llamaba Cienfuegos?
    hubo cambios en los nombres de las provincias tras vencer Fidel?
    dejó Rusia de ayudar de repente?
    ha cambiado mucho Rusia, verdad?...
    Mc Gregor

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  2. La Ciudad fue fundada en 1819, es de las más jóvenes de Cuba, y la idea de fundarla nace de una política de la Colonia Española de blanquear la sociedad cubana, tras la Revulución haitiana y el miedo a una revuelta. Los padres fundadores resultaron colonos franceses, de ahí el trazado rectilíneo de la urbe y otras herencias francesas, hasta un arco de triunfo tenemos acá. Entonces la nombraron Fernandina de Jagua, y más adelante, al concedersele la categoría de Ciudad, la nombraron Cienfuegos, apellido del Gobernador de la Isla por aquel entonces. Tras el triunfo de la Revolución en 1959, las provincias siguieron como antes, seis en toda la isla, y no fue hasta 1976, tras la división político-administrativa que no se dividió como hasta hoy, 14 provincias y un territorio especial, la Isla de la Juventud. Rusia cambió de repente su sistema social y político, entró en crisis como Unión de Repúblicas y como es lógico, Cuba, esta Isla del Caribe dejó de ser prioridad para ellos, por entonces casi el 80 por ciento de las materias primas para la industria y las tecnologías procedían de allí. Eran nuestro primer socio comercial, al tiempo que nos utilizaban para "meter miedo" a Norteamérica desde nuestro territorio muy cercano a ellos. Sí, han cambiado mucho, me gustaría tanto visitar Moscú, siento mucho cariño por esa tierra y sus costumbres. Gracias por comentar

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