SUMARIO: El Día de Reyes Magos de 1959 se inscribió en la
historia como aquel en el que Fidel Castro, el Comandante de los barbudos que
bajaron de la Sierra, entró a Cienfuegos y habló para el pueblo en el parque
José Martí de la ciudad. Marcelo Verdecia Perdomo, miembro de su escolta, hoy
general de brigada (r), y presidente de la Asociación de Combatientes, evoca la
jornada a la distancia del tiempo
Es un día de comienzos de enero y el general de brigada
Marcelo Verdecia Perdomo, tal como hace 60 años, recorre el escenario del
parque José Martí en Cienfuegos, evocando la primera vez que visitó la ciudad.
“Era el 6 de enero de 1959 cuando la Caravana de la Libertad entró a
Cienfuegos, yo pertenecía a la escolta de Fidel y traía en custodia su fusil de
mira telescópica. Fuimos directamente a Cayo Loco y luego, en este mismo
parque, el 6, se produjo el encuentro con los cienfuegueros”.
Camina y los recuerdos vienen a conformar aquel Día de Reyes,
pieza a pieza, como un rompecabezas: “Este parque está igualito, hasta en esos
árboles había personas subidas, y señala el arbolado del parque Martí, nadie
quería perderse de escuchar las palabras de Fidel, que dio su discurso desde la
‘cama’ de un camión. Era un día de fiesta, había mucho júbilo”.
Hasta finales de los años 60 del pasado siglo, Verdecia,
como cariñosamente le conocen los cienfuegueros, siguió estando en la escolta
del Comandante, hasta que solicitó quedarse en la Lucha Contra Bandidos, justamente
durante una operación en la que participara con el líder de la Revolución.
“Me quedé en Cienfuegos para siempre, primero la Limpia
del Escambray me retuvo, después fue Girón, donde fui jefe de un batallón. Luego
marché a África, el trabajo en unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
(FAR) en otras provincias y territorios, pero siempre regresaba a esta ciudad
donde ya tenía un hogar; me casé con una cienfueguera en el año 1965.
“Yo soy de las faldas de la Sierra Maestra, de una zona
donde ahora hay una presa, la Paso Malo, bajo agua; la Revolución me trajo
hasta esta ciudad. Recuerdo que el día 7 de enero de 1959, en la mañana, nos
reincorporamos a la Caravana de la Libertad en Esperanza, territorio de Villa
Clara hoy en día, que estaba en la Carretera Central, y de ahí seguimos camino;
Fidel decía que, ‘a Cienfuegos había que venir’, y así fue, esa visita quedó
para la historia y marcó mi vida. Yo era un guajirito que no había salido de la
Sierra Maestra”.
Carmen Ramírez Ojeda es la cienfueguera que conquistó el
corazón de Verdecia, la mujer que ha estado en la retaguardia del general de
brigada, esperando regrese de cada uno de sus tantos combates, y que ya tiene
más de 50 años a su lado.
Estamos en el parque Martí, en Cienfuegos, lo tomo del
brazo y me traslado 60 años atrás y puedo hasta escuchar la algarabía del
pueblo cienfueguero aquella madrugada de Revolución nueva, el día que quedó
para siempre en la memoria histórica de la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario