miércoles, 22 de febrero de 2017

Oficio que es cubanía



 

“La mesa de lectura de cada tabaquería
 fue tribuna avanzada de la libertad (…)”.
 José Martí


Se escucha por el audio de la Fábrica de Tabacos de Cienfuegos, el cuento Taita, diga Usted cómo, de Onelio Jorge Cardoso, en la voz de Marjoris Pupo Vázquez, la lectora, quien encuentra en el salón de torcido un público receptivo y ávido de cultura.
“El padre y él —él dos palmos más bajo de la cintura del padre— llegaron hasta la cerca. El viejo se metió por el portillo de la piña y estaca en mano se fue sobre el potro.
“¡Condenáo, arriba de la potranquita del vecino!”.

sábado, 11 de febrero de 2017

Ensayo de la lucidez



 
No versa sobre Saramago, el Premio Nobel que tanto admiré y cuyas obras colecciono con mucho celo, solo acudo a uno de mis autores favoritos, porque ese título suyo me acompañó todo el día. Aprovechando una visita periodística converso con Tomás, todo un personaje allí en los predios del Hospital Psiquiátrico de Cienfuegos. Es el artista plástico de aquella comunidad de casi cien pacientes y más de 200 trabajadores. Entre los recluidos, cuenta con un privilegio que le distingue, ha regresado a la lucidez, una breve, espacial y temporal, y nadie sabe a ciencia cierta cuánto durará. Accede a conversar, y nos acomodamos en un sofá.
“Yo soy Tomás Rogelio Artiles Veliz, estoy aquí desde el 2003, pero mi familia viene a verme y me traen empanaditas y pizzas. Nací en el 1963 y soy pintor, yo he pintado a todos esos patriotas. Y también estos de acá, que son sobre ciencia”, dice señalando las paredes del local de rehabilitación, donde recibe terapia ocupacional. “Estudié en San Alejandro. Conozco a Rafael Cáceres, el pintor, él me regala materiales”, me dice y busca en una especie de agenda su teléfono, como prueba de lo cierta de la afirmación, muy cierta.