sábado, 20 de diciembre de 2014

Hoy estuve con Silvio



  


 Estoy sentada frente al televisor, disfruto el concierto de Silvio Rodríguez, siento mucho no poder estar allí, como otras tantas veces durante mi vida, pero igual voy recordando las letras de sus canciones como un repaso de mis momentos más vívidos, de recuerdos, amores y desamores; encuentros y desencuentros…

  Tarareo las canciones, incluso las menos conocidas, en un repertorio que esta vez comenzó por el final, la mitad o inicio da igual, comienzo y final, porque todos sus textos son poemas de la vida, el amor, la valentía… esos sentimientos que nos recuerdan somos humanos.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Fidel, Dios y los Orishas



La mañana de este 17 de diciembre, día de San Lázaro, sorprendió a los cubanos, quienes nos levantamos buscando alguna pieza de los colores amarillo o morado, para rendirle tributo al santo que muchos veneramos. La cotidianidad nos ocupó y algunos, como yo, supimos las noticias por la llamada de un amigo más informado: regresan los Tres!, Se normalizarán las relaciones Cuba-USA!... Parecía una fábula y no la realidad, que no por esperada, asombraba.

  Ya al mediodía era una certeza, se concretaba el inicio de una época distinta, la normalización de las relaciones con el país al que nos enseñaron a odiar desde pequeños, y no sólo en la escuela, nos lo enseñaron contando la historia de El Maine; después cuando la cuota azucarera dejó de ser una garantía; el dinero de los fondos estadounidenses comenzó a pagar el terrorismo contra la Isla, dejaron de llegar productos desde un país rico y cercano; las familias se dividieron al punto de ver tras un cristal cómo las primas de la infancia desaparecían en una pista para estar más de 20 años sin verlas…

sábado, 6 de diciembre de 2014

De vuelta tras la última guerra





 Es personal, muy personal, demasiado… los recuerdos se agolpan transcurridos casi 40 años y es como si fuera ayer. Estoy sentada al pupitre del quinto grado, mi padre parado en la puerta del aula, habla con las maestras Vivian y Noemí, me piden salir un momento para una rápida despedida, un beso y de vuelta al pupitre sin siquiera mirar cómo la figura de mi padre, enfundado en un traje verdeolivo –aunque no era un militar de carrera-, altas botas y mochila a la espalda, deja atrás los mosaicos rojos y blancos de la escuela para subir a un camión lleno de hombres como él.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

El compromiso tras la vocación



  Cuando el día dejaba de ser claro y aparecían las primeras luces de la tarde-noche, tocaron a la puerta  del doctor Finlay; se disponía a cenar después de una larga jornada, pero declinó el plato de sopa, tomó saco, sombrero y bastón, y corrió tras el posible paciente, hasta la parte más insalubre de La Habana de finales del siglo XIX. Investigaba sobre el entonces presunto agente trasmisor de la fiebre amarilla: el mosquito Aedes aegypti.