domingo, 6 de enero de 2019

Día de Reyes en la memoria de Cienfuegos





SUMARIO: El Día de Reyes Magos de 1959 se inscribió en la historia como aquel en el que Fidel Castro, el Comandante de los barbudos que bajaron de la Sierra, entró a Cienfuegos y habló para el pueblo en el parque José Martí de la ciudad. Marcelo Verdecia Perdomo, miembro de su escolta, hoy general de brigada (r), y presidente de la Asociación de Combatientes, evoca la jornada a la distancia del tiempo



Es un día de comienzos de enero y el general de brigada Marcelo Verdecia Perdomo, tal como hace 60 años, recorre el escenario del parque José Martí en Cienfuegos, evocando la primera vez que visitó la ciudad. “Era el 6 de enero de 1959 cuando la Caravana de la Libertad entró a Cienfuegos, yo pertenecía a la escolta de Fidel y traía en custodia su fusil de mira telescópica. Fuimos directamente a Cayo Loco y luego, en este mismo parque, el 6, se produjo el encuentro con los cienfuegueros”.

Camina y los recuerdos vienen a conformar aquel Día de Reyes, pieza a pieza, como un rompecabezas: “Este parque está igualito, hasta en esos árboles había personas subidas, y señala el arbolado del parque Martí, nadie quería perderse de escuchar las palabras de Fidel, que dio su discurso desde la ‘cama’ de un camión. Era un día de fiesta, había mucho júbilo”.


Hasta finales de los años 60 del pasado siglo, Verdecia, como cariñosamente le conocen los cienfuegueros, siguió estando en la escolta del Comandante, hasta que solicitó quedarse en la Lucha Contra Bandidos, justamente durante una operación en la que participara con el líder de la Revolución.

“Me quedé en Cienfuegos para siempre, primero la Limpia del Escambray me retuvo, después fue Girón, donde fui jefe de un batallón. Luego marché a África, el trabajo en unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) en otras provincias y territorios, pero siempre regresaba a esta ciudad donde ya tenía un hogar; me casé con una cienfueguera en el año 1965.

“Yo soy de las faldas de la Sierra Maestra, de una zona donde ahora hay una presa, la Paso Malo, bajo agua; la Revolución me trajo hasta esta ciudad. Recuerdo que el día 7 de enero de 1959, en la mañana, nos reincorporamos a la Caravana de la Libertad en Esperanza, territorio de Villa Clara hoy en día, que estaba en la Carretera Central, y de ahí seguimos camino; Fidel decía que, ‘a Cienfuegos había que venir’, y así fue, esa visita quedó para la historia y marcó mi vida. Yo era un guajirito que no había salido de la Sierra Maestra”.

Carmen Ramírez Ojeda es la cienfueguera que conquistó el corazón de Verdecia, la mujer que ha estado en la retaguardia del general de brigada, esperando regrese de cada uno de sus tantos combates, y que ya tiene más de 50 años a su lado.

Estamos en el parque Martí, en Cienfuegos, lo tomo del brazo y me traslado 60 años atrás y puedo hasta escuchar la algarabía del pueblo cienfueguero aquella madrugada de Revolución nueva, el día que quedó para siempre en la memoria histórica de la ciudad.

 

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